dc.description.abstract | Las matemáticas tradicionalmente han sido consideradas como una ciencia de difícil enseñanza, sobre todo porque a muchos estudiantes les conlleva dificultades al aprenderla. A eso hay que sumarle el hecho que de modo general, ha habido profesores que han demostrado su superioridad académica a través de la enseñanza de esta, intentando demostrar cuanto saben ellos, en desmedro de la ausencia de conocimientos matemáticos de sus estudiantes.
Por años la enseñanza de esta asignatura se ha dado dentro del contexto pedagógico del conductismo, puesto que lo que más ha interesado es la capacidad que desarrolle el estudiante de aprender de manera mecánica determinados procesos que son los que lo llevan a obtener determinados resultados. Inclusive los aprendientes desarrollan la certeza que se puede encontrar los resultados solo a través de un camino predeterminado.
Felizmente hay nuevas tendencias pedagógicas que enfatizan en otras formas de enfrentar el proceso enseñanza-aprendizaje, de manera que ahora si es posible superar el mecanismo y la pasividad imperantes hasta hace poco tiempo, que le han dado paso a entornos académicos más activos e interactivos, en los cuales no tan solo el estudiante es el protagonista, sino que entre si los estudiantes generan el aprendizaje.
La interactividad de la que hablamos, supone el uso de estrategias que privilegian la experimentación, el juego, la cooperación. Los niños y adolescentes de hoy son “comunicadores”, intuitivos y visuales. A través de los juegos de video han desarrollado habilidades de cooperación, estructurando conocimiento y resolución de problemas. | es_ES |