Sífilis en primigesta adolescente de 17 años con 28 semanas de gestación

Abstract

Actualmente manejar temas relacionados con embarazos en adolescentes suele ser motivo de complejidad por el alto riesgo que implica la gestante, pues su cuerpo no está física ni psicológicamente desarrollado para ser portadora de una nueva vida. Los adolescentes a pesar de tener la oportunidad de informarse acerca de educación sexual a través de distintos medios informativos, además del acceso a métodos anticonceptivos gratuitos en los diferentes centros de salud del país, de cualquier manera mantienen en aumento el número de embarazos en adolescentes entre 12 y 18 años. Las condiciones en las que la adolescente se embaraza representan también un alto índice de morbilidad, pues en ocasiones ocurren por abuso sexual, falta de información y de acceso a métodos anticonceptivos. Ecuador tiene la tasa más alta de embarazo adolescente de América Latina y el Caribe, según el último informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), denominado “El poder de decidir. Los derechos reproductivos y la transición demográfica”. (Médica, 2018). Esta realidad se acompaña del hecho de que actualmente a esta condición se le suman infecciones de trasmisión sexual, entre ellas, sífilis, una enfermedad infecto-contagiosa causada por el Treponema Pallidum, que si no es diagnosticada oportunamente puede traer consigo consecuencias graves, estas constituyen un problema de salud a nivel mundial y en nuestra región, conservando un alto índice de probabilidad para trasmisión vertical. La sífilis congénita se debe al paso transplacentario del Treponema Pallidum, aunque también puede producirse por contacto directo con una lesión en el momento del parto. Generalmente no se da la transmisión por lactancia materna.