Actividades físicas y sus incidencias en el sedentarismo de algunos docentes de la Escuela Isabel La Católica del cantón Babahoyo, Provincia de Los Ríos, año 2024
Abstract
En la actualidad, el sedentarismo se ha convertido en uno de los principales factores de riesgo para una variedad de enfermedades crónicas, como las cardiovasculares, la diabetes tipo 2 y diversos trastornos metabólicos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se define como la falta de actividad física suficiente, es decir, la ausencia de un mínimo de 150 minutos de actividad física moderada a la semana. Este estilo de vida sedentario ha alcanzado niveles alarmantes en muchas partes del mundo, especialmente en sociedades urbanas donde las actividades diarias tienden a estar más relacionadas con el uso de tecnologías y medios de transporte que con la actividad física
La falta de ejercicio no solo afecta la salud física, sino también la salud mental, como lo muestran diversos estudios. Investigaciones han demostrado que un estilo de vida sedentario puede contribuir a la aparición de trastornos de ansiedad y depresión. De acuerdo con un estudio realizado por Smith et al. (2018), aquellos que pasaban más de seis horas al día frente a una pantalla tenían un 30% más de probabilidades de desarrollar síntomas depresivos en comparación con aquellos que mantenían un nivel adecuado de actividad física. Esto resalta la importancia de incorporar ejercicio físico regular para mejorar no solo la condición física, sino también el bienestar emocional. (Rodríguez Ayllón , Cadenas-Sánchez, & Estévez López, 2019)
Por otro lado, se ha comprobado que las actividades físicas, tanto moderadas como intensas, ofrecen una serie de beneficios para la salud. Además de mejorar la función cardiovascular, el ejercicio regular tiene efectos positivos sobre el sistema musculo esquelético, la flexibilidad, la concentración y la calidad del sueño. La práctica de deportes, caminatas o incluso actividades recreativas puede disminuir el riesgo de enfermedades crónicas y prolongar la esperanza de vida (Haskell et al., 2007). Además, el ejercicio genera la liberación de endorfinas, neurotransmisores responsables de mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés. (Rodríguez Ayllón , Cadenas-Sánchez, & Estévez López, 2019)
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