Practicas agronómicas para reducir la velocidad de escurrimientos en laderas

Abstract

El escurrimiento en laderas con frecuencia es uno de los problemas que se ha venido presentado, se inicia cuando tanto la capacidad de almacenamiento de la superficie como el poder de intercepción de la flora se han agotado; a partir de entonces surge la película de agua que discurre sobre la superficie y que erosiona el suelo, dado que fluye hacia los niveles más bajos del suelo agrícola. La presente investigación fue parafraseada, simplificada y sometida a un estudio en la cual se analizaron los principios elementales y la trascendencia de las prácticas agronómicas para reducir la velocidad de los escurrimientos en laderas. Por lo anteriormente detallado se determinó lo siguiente: Las practicas agronómicas permiten reducir la velocidad de escurrimientos en laderas mediante un sistema de conservación de suelos que complementa y combina obras estructurales, medidas agronómicas de fertilidad y agroforestales; este sistema radica en su aplicación inmediata para tener éxito en la protección de los suelos de ladera. Las barreras vivas consisten en la implementación de vegetación perenne (árboles o arbustos) construidas en pendientes a lo largo del talud del terreno, su finalidad es reducir el caudal de agua sobre su superficie a la vez que capturan y retienen el suelo. El efecto de la labranza en fajas sobre el control de la erosión se basa en tres principios: Diferente densidad de cultivos utilizados; separación de áreas inclinadas y disposición de los contornos de las plantas. La efectividad de las fajinas depende de la cantidad de sedimentos que puede llegar a almacenar, y disminuyendo ésta conforme se va asentando; solamente es efectiva en las primeras precipitaciones y en aquellas que son de baja intensidad, no presentando ningún beneficio cuando las precipitaciones son de alta intensidad. La siembra en contorno permite reducir la pendiente natural del suelo plantando en curvas de nivel; este es un enfoque simple que requiere una inversión inicial baja y puede controlar eficazmente la erosión hídrica.